Nota

10 Vicios al Manejar que Provocan Desperfectos

Incluso el modelo de auto más fiable puede fallar más que cualquier otro si no se utiliza de una forma adecuada. Toma nota de los pequeños vicios que los conductores solemos tener al volante… y que deberás evitar si queres que tu auto no se rompa antes de la cuenta.

10 averías que tú mismo provocas en tu coche

1.- No revisar la presión de los neumáticos de forma periódica…

Consecuencias: Pueden ocurrir dos cosas:

  1. Que los neumáticos se desgasten de forma irregular.
  2. Que sufras un reventón en marcha, algo que, además de poder provocar un accidente, podría dañar la llanta al rodar sobre el suelo sin la goma del neumático. Los reventones suceden a alta velocidad, por lo que también es posible que los trozos de goma causen daños en los pasos de rueda, paragolpes, aletas… al salir despedidos y golpearlos.

Entonces: Revisá la presión de los neumáticos, al menos, una vez al mes. Las presiones indicadas por tu fabricante vienen indicadas en el libro de usuario, en la cara interna de la tapa del tanque de combustible, o en el marco de alguna de las puertas.

2.- No tener en cuenta la temperatura del motor al acelerar…

 

Consecuencia: Cuando el motor lleva un buen rato apagado y, por tanto, está frío, la mayor parte del aceite queda depositado en el cárter. Por eso, cuando arrancamos, el motor necesita unos segundos para que el aceite llegue a todos los ‘recovecos’ y, también, para que éste alcance una mayor temperatura, consiguiendo una mejor lubricación. Por todo ello, acelerar en exceso con el motor en frío provoca un mayor desgaste interno del motor. Entonces: Si el motor está frío, es recomendable esperar unos 10 segundos antes de comenzar a circular. Después, acelerar, siempre, de forma progresiva, evitando que el motor supere las 2.700 RPM en los diesel y las 3.500 RPM en los nafteros.

3.- Parado en un semáforo, mantener pisado el pedal del embrague…

 

Consecuencia: Esta mala costumbre provoca un mayor desgaste del sistema de embrague, pues aunque tengas pisado el pedal a fondo, siempre se produce cierto rozamiento en sus partes internas, afectando tanto al disco como, sobre todo, a las piezas que actúan sobre él. Entonces: Dejar el coche en punto muerto y sin pisar el embrague en esas circunstancias. Evitarás ese desgaste… y tu pierna izquierda estará más descansada.

4.- Abusar de los frenos en bajadas prolongadas…

learn-to-drive-downhill   Consecuencias: Pisar mucho el pedal del freno puede tener tres consecuencias: aumentar el desgaste de los discos y pastillas, provocar posibles deformaciones en los discos -algo que generaría fuertes vibraciones en el volante al frenar- y deteriorar el líquido de frenos -ofrecerá una menor resistencia a la fatiga-. Entonces: Utilizar marchas cortas -por ejemplo, bajar en tercera velocidad en vez de en cuarta, cuando vayas por una bajada prolongada. Además de hacer trabajar menos a los frenos, tendrás un mayor control sobre el vehículo al tomar las curvas.

5.- Circular con el motor muy bajo de revoluciones…

 

Consecuencias: Este tipo de conducción podría afectar a:

  1. La válvula EGR -sobre todo, en los motores diesel: provoca que en ella se acumule mayor cantidad de carbón, reduciendo su vida útil hasta un 50%.
  2. El catalizador -diesel y nafta-: como ocurre con la válvula EGR, en él se acumula más carbó, algo que puede terminar por dañarlo.
  3. El filtro de partículas -en los diesel-: como en los dos casos anteriores, el carbón acaba por saturarlo, algo que puede terminar por dañarlo.
  4. En motores «viejos», las partes internas: el sobreesfuerzo al que se ve sometido el motor podría provocar daños en piezas como los casquillos del cigüeñal, de las bielas…

Entonces: Mantener el motor siempre a un régimen en el que notes que el auto responde con cierta contundencia a poco que se pisa el acelerador. En un diesel, ese régimen suele estar a partir de 1.700 – 1.800 RPM, al igual que en muchos motores turbo de nafta-si se trata de un propulsor naftero atmosférico, ese ´umbral´ asciende hasta las 2.500 RPM, aproximadamente.

6.- Detener el motor ‘de golpe’, después de un esfuerzo considerable…

Consecuencias: Ocurre en los motores turbo. Cuando se conduce por la ruta, sobre todo si circulamos a alta velocidad, el turbo llega a superar los 300ºC con facilidad, en los diesel, y los 500ºC, en los nafteros. Por eso, si detenemos el motor ‘sin dejarlo reposar’, el aceite que queda acumulado en él tenderá a carbonizarse, provocando que el turbo se dañe. Entonces: Después de haber circulado por ruta, basta con que esperes en torno a un minuto antes de detener el motor. En ese tiempo, el sistema de refrigeración y la propia circulación del aceite rebajaran la temperatura del turbo, reduciendo el riesgo de avería en más de un 90%.

7.- Utilizar muy poco el aire acondicionado

 

Consecuencia: El propio funcionamiento del aire acondicionado asegura una correcta lubricación del sistema, algo que alarga la vida del compresor y ayuda a reducir el riesgo de posibles fugas de gas. Entonces: Encienda el aire acondicionado al menos una vez cada mes durante 10 minutos, da igual que seleccione una temperatura elevada para no pasar frío dentro del auto en invierno -recuerde que, si llueve, encender el aire te ayudará a desempañar el parabrisas y la luneta.

8.- Subir el auto a un cordon de más de cinco centímetros

 

Consecuencia: Debido a la fuerza que se ejerce contra el propio cordón, esta maniobra puede afectar a tres elementos: Neumáticos, llantas, rotulas. Entonces: Evita subirte a los cordones-en caso de hacerlo, intenta que sea por la parte de menor altura- o apoyarte contra ellos al estacionar.

9.- Mantener la mano sobre la palanca de cambios, aunque no la uses…

 

Consecuencias: Cuando se lleva la mano apoyada sobre la palanca, se genera un poco de presión sobre los mecanismos internos de la caja, algo que termina por desgastar y provocar holguras en sincronizadores y rodamientos… A largo plazo, esto se traduce en vibraciones, y que las marchas no entren correctamente… Entonces: Poner la mano sobre la palanca sólo cuando vayas a cambiar de velocidad.

10.- No frenar lo suficiente antes de pasar por un bache, un badén…

Baches_4   Consecuencias: Son similares a las que se producen por subir cordones… pero sus efectos son mayores. Por ejemplo, es fácil pinchar un neumático al pellizcarlo contra la llanta, que también puede deformarse. Además, los ‘golpes secos’ pueden generar daños en las rótulas… y, también, en los puntos de anclaje de la suspensión. Entonces: Pasar siempre despacio por zonas bacheadas, sobre todo si tu auto lleva llantas de más de 17″ y no es un todo terreno. Además, intenta frenar siempre antes de llegar al bache; si lo haces justo al afrontarlo, ´cargarás´ más peso sobre el eje delantero y los daños podrían ser aún mayores.

  1. Los neumáticos, que sufrirían deformaciones o pequeños cortes que podrían obligarte a sustituirlos.
  2. Las llantas, que podrían verse dañadas si el impacto es severo -notarás vibraciones en la dirección a alta velocidad-.
  3. El sistema de suspensión, pues dañaría las rótulas o desajustaría las cotas, provocando que el vehículo pisase mal… y que los neumáticos se desgastasen irregularmente, además de provocar cierta pérdida de estabilidad.